Un lugar ubicado en la gélida meseta antártica, también conocido por los observadores de los astros, como «atmósfera libre» y ubicado a más de 4,093 metros sobre el nivel del mar, es el mejor lugar para observar las estrellas.
La astronomía debe su existencia a las personas que a lo largo de la historia, por pasión y por curiosidad, han levantado los ojos y mirado al cielo. Mirar las estrellas, a simple vista o con instrumentación es una de las actividades más maravillosas.Pero¿cuál es el mejor lugar? pic.twitter.com/tLbitqsRzb
— Mar Gómez (@MarGomezH) August 18, 2020
De acuerdo con un estudio publicado en la revista Nature, los investigadores montaron un pequeño telescopio a una altura de ocho metros desde el suelo para observar el cielo nocturno desde lo que han comenzado a denominar como el “Domo A”.
Un nuevo estudio publicado en Nature revela cuál es el mejor lugar para disfrutar de este espectáculo natural. El denominado Domo A,en la meseta Antártica a unos 4000 m de altura y donde están las temperaturas más gélidas del planeta es el mejor lugar para observar las estrellas pic.twitter.com/1vPrXgVhWa
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El hallazgo fue maravilloso: las estrellas brillan como en ningún otro lugar en el mundo. Este es el mejor lugar de la Tierra para verlas, y lo mejor, está lejos de cualquier costa, donde las estrellas no parpadean.
¿Por qué justo en este lugar tan inhóspito?
Sabemos que las estrellas parpadean porque la luz que procede de ellas es distorsionada por la atmósfera del planeta antes de llegar a nosotros.
Pues bien allí lo hacen menos que en otras zonas debido a la turbulencia atmosférica. pic.twitter.com/wViFCudtMR— Mar Gómez (@MarGomezH) August 18, 2020
El Domo Argus, “Domo A”, es el punto más elevado de la meseta antártica y es considerado el lugar más frío de la superficie terrestre, con temperaturas que caen hasta los -90 grados centígrados.
Domo A está sobre una extensa meseta, plana en cientos de kilómetros en todas las direcciones por lo que los vientos locales crean muy poca turbulencia. (📸Xiaoping Pang y Shiyun Wang) pic.twitter.com/7FOya7wJJc
— Mar Gómez (@MarGomezH) August 18, 2020
La meteoróloga española Mar Gómez, explicó en su cuenta de Twitter, que sabemos que las estrellas parpadean porque la luz que procede de ellas es distorsionada por la atmósfera del planeta antes de llegar a nosotros.
Eso significa que cuando el viento sopla a través de terrenos irregulares, como montañas y valles, crea remolinos turbulentos en la atmósfera que pueden deformar la apariencia de luz que llega a la Tierra desde las estrellas distantes, argumentando el estudio publicado en la revista Nature.
Pero esta no es la única ventaja ya que los inviernos antárticos ofrecen la ventaja de las noches polares: noches que duran 24 h, creando espacios de tiempo mucho más largos que en cualquier otro lugar del planeta (salvo el Polo Norte) para poder observar las estrellas. pic.twitter.com/yMdVnyfdz4
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Domo A está sobre una extensa meseta, plana en cientos de kilómetros en todas las direcciones por lo que los vientos locales crean muy poca turbulencia, afirmó Gómez.

En este punto de la Tierra, la capa límite planetaria, es decir, la parte más baja de la troposfera, cuyo comportamiento está directamente influenciado por su contacto con la superficie planetaria, es muy angosta: tiene un espesor medio de aproximadamente 14 metros, según registró un radar sónico utilizado en el estudio.

Por ende, las turbulencias y molestias visuales a la hora de mirar las estrellas son muy leves. Con ello, puedes alzar la vista y disfrutar del techo natural de nuestro planeta.
Con información de Twitter y Revista Nature.
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