Una animación muestra cómo una ballena azul desafía los peligros del tráfico extremo en el océano.
Una ballena azul en Chile tuvo una semana difícil, zigzagueando a un ritmo frenético mientras esquivaba barcos en un mar muy transitado. Esto se puede ver en una vertiginosa animación donde la ballena intenta alimentarse sin golpearse por alguno de los buques cercanos.
La animación es parte de un nuevo estudio que detalla los peligros que representa el tráfico marítimo para las ballenas azules (Balaenoptera musculus) en una de sus principales áreas de alimentación en el Pacífico Sur.

Los investigadores descubrieron que las ballenas azules podrían encontrar ahí hasta 1,000 embarcaciones por día durante los meses de verano. En esta temporada los animales migran a esta región oceánica para alimentar y cuidar a sus crías.
Anteriormente, los únicos datos disponibles sobre los riesgos de colisiones de barcos con ballenas en el mar del norte de la Patagonia provenían de relatos de choques reales, que en ocasiones eran fatales para las ballenas.
Pero estos incidentes a menudo no se informan a las autoridades locales o no se registran con detalle. Por lo cual en realidad no sabemos qué tan grave es este problema, dijo el autor principal del estudio, Luis Bedriñana Romano. Bedriñana Romano es doctorante de la Universidad Austral de Chile (UACH) en Valdivia.

Analizando los movimientos de las ballenas azules.
Durante los últimos 16 años, los científicos de las UACH y el Centro de la Ballena Azul de Chile han recopilado datos satelitales de más de 20 ballenas azules marcadas. Así rastrean sus rutas de migración y comportamiento de alimentación. En el estudio, los investigadores analizaron los datos del movimiento de las ballenas junto con los datos del tráfico de los barcos.
Con el uso de datos de movimiento para construir modelos informáticos predictivos, los investigadores encontraron que las ballenas podrían esquivar hasta 700 embarcaciones de acuicultura. Estos barcos se encargan de transportar personal y suministros. Pero también es posible que esquiven cientos de otros tipos de barcos a diario.
Estas interacciones tuvieron lugar aguas cercanas a Puerto Montt y en la Península de Taitao en el sur de Chile. Un sitio donde las ballenas azules habitualmente se juntan para alimentarse.
En la animación, una forma azul muestra el camino de una sola ballena en el Golfo de Ancud en Chile, entre el 22 y el 29 de marzo de 2019. Las formas en movimiento que la ballena está tratando de evitar son embarcaciones de la flota acuícola chilena.
Los datos deben servir para ayudar a enfrentar el problema.
Lo que es importante aquí es mostrar un vistazo de la densidad de embarcaciones a las que están expuestas las ballenas, dijo Bedriñana Romano. Sin embargo, los datos de seguimiento de muchos de los barcos de la región no estaban disponibles para los autores del estudio. Por lo tanto, la animación muestra solo barcos de una sola flota. Por lo que es probable que el número real de barcos que las ballenas eviten en un día determinado sea mayor.

Sabemos que estamos subestimando el riesgo, dijo Bedriñana Romano. Sin embargo, más del 83% de las embarcaciones analizadas pertenecían a la flota acuícola. Así que esta es la única industria que determina el tráfico marítimo en la zona.
Este nuevo mapa de áreas de alto riesgo para las ballenas ayudará a los funcionarios a desarrollar estrategias de conservación que prioricen las regiones oceánicas más visitadas por las ballenas azules.
Desviar el tráfico de embarcaciones, en particular los de acuicultura, será un paso crítico para proteger a esta especie marina en peligro de extinción y salvaguardar su hábitat oceánico.

Ahora, al menos sabemos por dónde empezar a buscar problemas, ya que hemos definido los puntos críticos donde es probable que ocurran las interacciones, apuntó Bedriñana Romano.
Con información de Live Science.
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