Una morsa vista en una playa irlandesa pudo haber flotado allí desde el Círculo Polar Ártico después de quedarse dormida en un iceberg.
Morsa duerme sobre un iceberg en el Ártico y despierta en Irlanda.
Una niña de 5 años que caminaba con su padre vio al recién llegado.
La joven, de nombre Muireann, le señaló la morsa a su padre, Alan Houlihan, mientras caminaban por la isla Valentia en el condado de Kerry. Pensé que era una foca al principio, pero luego vimos los colmillos, dijo Houlihan. Saltó un poco a las rocas. Era enorme. Tenía aproximadamente el tamaño de un toro o una vaca, bastante similar en tamaño; era grande.
La mayoría de las morsas (Odobenus rosmarus) viven cerca del Círculo Polar Ártico. Ahí cazan mariscos en aguas poco profundas y trepan a los icebergs y playas para descansar. Las enormes criaturas rara vez aparecen a lo largo de la costa irlandesa. El primer avistamiento de morsas allí ocurrió en 1897, pero no se vieron otras hasta la década de 1980. Desde entonces, se han detectado al menos dos docenas de morsas más en Irlanda.
Se cree que la morsa que arribó a Valentia Island es bastante joven por la longitud de su colmillos. A las morsas adultas les pueden crecer los colmillos hasta 1 metro. En cambio los colmillos de la morsa recién llegada eran aproximadamente de 30 centímetros. El cuerpo de la morsa medía más de 2 m desde el hocico hasta la cola.

¿Cómo termina una joven morsa en el condado de Kerry?
Yo diría que lo que sucedió es que se quedó dormida en un iceberg y se fue a la deriva, y luego se fue demasiado lejos, en el Atlántico medio o en algún lugar así, posiblemente en Groenlandia, dijo Kevin Flannery, biólogo marino.
También pudo ir de isla en isla, llegar a Islandia y luego a Shetland, pero eso es poco probable , dijo Flannery. Yo diría que llegó desde el Atlántico. Después de viajar miles de millas, es probable que la morsa esté exhausta y hambrienta.
Con suerte, conseguirá algunas vieiras alrededor de Valentia. Si recupera sus fuerzas, con suerte podrá regresar al Ártico.
Houlihan dijo que la morsa dormilona todavía les dio a él y a su hija un poco de espectáculo cuando la vieron. Era genial. Estaba sentada en la roca, como posando; en un momento, extendió una aleta y parecía que nos estaba haciendo un gesto con el dedo.
Con información de Live Science.
Somos Extremo Mundial.