Se forma una nube invisible en nuestra galaxia, científicos evalúan.

Luces de fondo de la radio cósmica están ayudando a los científicos a evaluar la formación de una nube invisible en nuestra galaxia.

Yuanming Wang, una estudiante de primer año de doctorado en astrofísica de la Universidad de Sydney se sentó frente a su computadora, mirando imágenes en las que había encontrado los signos de ondas de radio de galaxias distantes parpadeando, estas revelaron la formación de una nube invisible en nuestra galaxia.

Debido al descubrimiento, Wang se basó más en rastrear unos y ceros que en mirar a través de un telescopio.

Y el descubrimiento en sí fue simplemente extraño y tardó un tiempo en llegar.

Con ondas de radio.

Con el “centelleo” de ondas de radio, se pueden detectar fuentes de estrellas y agujeros negros.

Muchas veces estas se interrumpen a medida que fluyen hacia la Tierra.

La detección de centelleo de galaxias distantes con este método es muy rara.

Solo una pequeña fracción del cielo nocturno producirá estas señales, y la mayoría de los telescopios no pueden capturar variaciones en escalas de tiempo tan rápidas.

Pero Wang encontró las características del centelleo de seis galaxias a la vez.

Y cinco parecían ser galaxias separadas en una línea recta y estrecha. Esto entusiasmó al equipo de Wang.

No eran ondas de radio emitidas a miles de millones de años luz de distancia.

Algo más cercano las estaba bloqueando y haciendo que las señales parpadearan momentáneamente.

El hallazgo: nube invisible.

El descubrimiento fue una nube invisible de gas frío, justo en nuestro patio trasero galáctico, y que nubes como esta pueden responder a un enigma de larga data sobre por qué más de la mitad de la materia de la Vía Láctea está sin permiso.

Estas nubes se forman de toda la materia que es energía oscura y materia oscura, dejando solo el 5 por ciento para la materia bariónica compuesta de protones y neutrones.

Los astrónomos reunieron pruebas convincentes de que el espacio entre las galaxias contiene bariones faltantes en hebras difusas de gas.

El problema es que es difícil encontrar nubes escasas o frías en un cielo oscuro.

El universo.

Nuestro universo es tan hábil para ocultar la materia que los investigadores deben inventar nuevas formas de detectar características cósmicas que de otro modo serían invisibles.

El equipo de Wang tropezó con una herramienta sorprendente: los agujeros negros.

En lugar de leer la luz visible, el equipo recolectó ondas de radio, que llegan a los telescopios sin obstrucciones por la atmósfera de la Tierra.

Los cinco puntos radio brillantes que Wang encontró apilados uno al lado del otro eran núcleos galácticos activos, galaxias distantes que contienen agujeros negros súper masivos que emiten ondas de radio.

La energía de radio proveniente de cada agujero negro viajó miles de millones de años luz a la Tierra, solo para ser disparada en los últimos 10 años luz dentro de la Vía Láctea por lo que el equipo de Murphy concluye que es una misteriosa nube de gas frío.

El estudio dice que:

Solo podemos verlos porque estamos usando estas galaxias distantes como luces de fondo que brillan a través de la nube. Y dado que las señales parpadeantes aparecen en una línea estrecha y coherente, eso sugiere que estaban siendo obstruidas por una sola nube en nuestra galaxia. No hay otra forma de ver estas nubes de gas. Son completamente invisibles.

Los datos que utilizó Wang provienen del Australian Square Kilometer Array Pathfinder (ASKAP), un radiotelescopio que escanea los cielos lo suficientemente rápido como para detectar cambios breves en las emisiones de radio distantes.

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Con información de Universidad de Harvard.

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